Ruidosa noche la del jueves. Autoconvocados de la salud, en la plaza Independencia; sirenas que suenan; cánticos en altoparlantes, los bares llenos en el microcentro como si fuera viernes o sábado a la noche. Pero el baile está en la plaza, con los jubilados y los docentes municipales, también. Compartiendo un café, mujeres de varias generaciones. Y la pregunta sorpresiva: ¿qué objetos les resultan imprescindibles en su vida? Risas, gestos y chispas de humor.

La señora mayor, Gladys, la abuelita de la familia Rueda-Vera Montenegro es la primera en contestar. "La televisión, por ese aparato, los viejos nos enteramos de lo que sucede afuera de nuestras casas. Por esa pantalla nos entretenemos cuando no tenemos otros medios para divertirnos y esta informados", aclara. La señora que cruza el umbral de los 70 y confiesa que perdió la vista hace tiempo, y añade que después de la TV -el único entretenimiento para los mayores que no pueden salir mucho del hogar-, se queda con el lavarropas automático.

"Es el invento más fascinante para nosotras las mujeres y el más beneficioso para toda la familia. Esos electrodomésticos hacen todo lo que a nosotras ya no nos gusta hacer: fregar y fregar", dice entre risas, y comentarios ocurrentes. Su nuera María Eugenia asiente, confirmando que la elección de su suegra es la más atinada. "Para las mujeres en general, las madres o simplemente las amas de casa, y también los hombres que viven solos, el lavarropas es imprescindible. Gracias al automático, las mujeres nos liberamos de la pileta, ganamos mucho tiempo para disfrutar en otras cosas, entre ellas, el interés de nuestras familias. Si mi marido dice que se echó a perder el auto, me la banco, pero ni una hora sin mi lavarropas", aseguró.

"Yo también coincido con eso", afirma la menor de la familia, Daniela, que estudia arte. Para sorpresa de todos los de la mesa, la joven no gritó: ¡celular! "Puedo prescindir o elegir uno simple, sólo para comunicarme, pero antes que el celu lo más importante es el lavarropas y la computadora", sostiene, y agrega que para vivir en Tucumán se hace casi imprescindible el aire acondicionado. "Yo, con un ventilador, me basto", agrega la abuelita.

María Eugenia se explaya y habla de "algo fundamental": los pañales descartables. "Significó un gran alivio no sólo para la tarea de cambiar a los bebés sino en la economía. El descartable es la síntesis de tres prendas: el pañal propiamente dicho, el chiripa y la bombacha de goma. Había que lavar, fregar diría yo, ponerlos al sol y enjuagar al cabo de dos o tres horas. ¿Se acuerdan?", pregunta a las otras mujeres. Paula Luciana, estudiante de inglés, las hace callar y dice: "se están olvidando de la heladera. ¿Cómo conservaríamos nuestros alimentos?, interroga. "Es imprescindible y no sólo para conservar alimentos sino para las vacunas y drogas que necesitan frío", destaca.